La rizólisis es una técnica quirúrgica no invasiva utilizada para proporcionar alivio a los dolores de espalda o cuello. Esta especialmente indicada cuando los dolores de columna que sufre el paciente están originados en las facetas, esto es, las articulaciones que se encuentran entre las vertebras de la columna vertebral. Estas articulaciones pueden dañarse por desgaste (artrosis facetaria), por inflamación (artritis), esguinces…
La idea de la rizólisis se basa en, mediante aparatos que emiten ondas de radio dando lugar a energía calorifica, destruyen los pequeños nervios que recogen la sensibilidad de las facetas dañadas, consiguiendo así que el paciente deje de tener dolor.
¿Cuándo está indicada?
Para indicar la rizólisis, el personal médico deberá, en primer lugar, comprobar que efectivamente el dolor que usted sufre viene de los nervios de las articulaciones facetarías mediante la exploración física y las pruebas complementarias tales como radiografías. Una vez se sospeche que la causa del dolor sea ese, y tras haber probado otro tipo de tratamientos (medicinas orales, fisioterapia…) se realizará una prueba diagnostica que consiste en realizar una infiltración de corticoides y anestésicos en la misma zona donde posteriormente se realizara la rizólisis. En caso de que esta infiltración logre calmar el dolor, tendremos la confirmación de que el dolor proviene de las facetas y será entonces cuando se indique la rizólisis.
¿En qué consiste la rizólisis?
La rizólisis se llevará acabo en un hospital o centro medico, generalmente en un quirófano para conseguir las mejores condiciones de esterilidad y por la disponibilidad de aparatos de rayos X que permitan guiar el procedimiento.
Generalmente suele ser un proceso ambulatorio, es decir, el paciente se va de alta el mismo día de la intervención. Hay que tener en cuenta que este proceso no necesita de ningún tipo de preparación por parte del paciente.
Una vez en el quirófano usted se tumbará boca acabo. Tras detectar gracias al aparato de rayos que el lugar es el idóneo, se introducirán unas agujas (el numero es variable, dependerá de las articulaciones dañadas) que llegarán hasta los nervios de las facetas. Tras comprobar que las agujas no se encuentran cerca de las raíces nerviosas, se dará comienzo a la rizólisis en si: Las agujas se encuentran conectadas a la maquina que genera las ondas de radio, por lo que se conseguirá calentar y eliminar el nervio causante del dolor.
El proceso no suele ser doloroso, lo más habitual es sentir una sensación de hormigueo o calambre. Lo que es más probable es que el paciente presente dolor después del procedimiento, por ello también se administran a través de la misma aguja una mezcla de anestésicos y corticoides a dosis bajas.
El tiempo de duración suele ser de entre 10 y 20 minutos en función de los nervios implicados.
Cuidados después de la rizólisis
Lo normal es que la mayoría de los pacientes puedan hacer vida normal desde el primer día. Sin embargo, su medico le recomendara descansar durante el resto del día y que los próximos dos días lleve a cabo únicamente actividades no demasiado demandantes.
Es normal notar cierto dolor o adormecimiento en el lugar donde se practicó la rizólisis o incluso empeoramiento del dolor que tenia antes. A pesar de ello, este dolor suele durar poco tiempo y se controla fácilmente con analgésicos orales y la aplicación de hielo.
¿Cuánto tiempo suele tardar en hacer efecto?
No debe preocuparse si nota que la rizólisis no ha sido efectiva, ya que lo habitual es que se tarden en conseguir los efectos completos entre 2 y 3 semanas.
La sensación de alivio del dolor puede durar entre 10 meses y 2 años, ya que se ha visto que esos nervios pueden volver a crecer, aunque sin producir tanto dolor como al principio. Sin embargo, si la primera rizólisis fue efectiva esta puede volver a repetirse