La rotura del tendón del bíceps distal es la rotura tendinosa más frecuente a nivel del codo. Suele afectar sobre todo a hombres entre 40-60 años (siendo más de 7 veces más frecuente en fumadores), y con mayor afectación del brazo dominante.
Existen factores de riesgo que se han relacionado con la aparición de esta lesión como serían el consumo de tabaco y de esteroides. Además, el haber realizado determinadas actividades que favorecen el desgaste de dicho tendón durante largos periodos de tiempo, como sería el caso de pacientes que practican escalada, levantamiento de pesas o trabajadores con ejercicio físico intenso, se ha relacionado con un aumento de la incidencia.
Recuerdo de anatomia
El musculo bíceps es uno de los principales músculos que se encuentran a nivel de la cara anterior del brazo. Se encarga de supinar el antebrazo (poner la palma de la mano hacia arriba) y de flexionar el codo.
Dicho musculo está formado por dos vientres musculares (fascículos) que se insertan mediante dos tendones distintos en el hombro, pero a nivel del codo se unen en un único tendón que se inserta en el radio.
¿Cómo se produce una rotura de tendón de bíceps distal?
Actualmente la mayoría de roturas se dan en pacientes jóvenes y deportistas, aunque últimamente se ha visto aumentada la incidencia de casos en pacientes de mediana edad que han comenzado a realizar deporte y carecen de la preparación necesaria.
El mecanismo que suele causar esta rotura suele ser el de realizar una flexión contra-resistencia o una extensión brusca con codo en flexión.
¿Cuáles son los síntomas de una rotura de bíceps distal?
Es típico que los pacientes presenten un dolor agudo e intenso sobre la cara anterior del codo, que suele ir asociado a una dificultad para mover el codo por dicho dolor. En el momento de la rotura no es extraño que los pacientes refieran un “pop” al nivel del codo o dicho de otra manera, una especie de latigazo. Al cabo de un rato se suele formar un hematoma en esa misma región.
A consecuencia de la rotura la masa muscular del bíceps, la “bola”, tiende a retraerse, por lo que es característico que se observe una bola mas alta que la del brazo contrario.
¿Cómo se diagnostica?
Para el diagnóstico su médico inicialmente le realizará una serie de maniobras:
- Test del gancho: Con el codo flexionado a 90º y la palma de la mano mirando hacia arriba, el medico intentará enganchar el tendón del bíceps a nivel del codo con su dedo índice. Si esto no es posible, probablemente nos encontremos ante una rotura completa de dicho tendón.
- Test de pronosupinación activa: En la misma posición de la que partimos anteriormente, el medico le solicitará que ponga la mano hacia arriba y hacia debajo de manera alterna. De esta manera, en condiciones normales se puede observar como la “bola” sube y baja. Si el tendón está roto, no seremos capaces de ver este efecto.
- Maniobra de expresión del bíceps: Manteniendo el codo flexionado, al apretar la masa del bíceps con la mano, el médico conseguirá que la palma de la mano se gire ligeramente hacia arriba.
Además de utilizar estas pruebas, se podrá solicitar una ecografía para ver la rotura in situ o en otros casos se le solicitará una resonancia magnética para confirmar el diagnostico.
¿Cuál es el tratamiento de la rotura del tendón del bíceps distal?
A pesar de que la mayoría de las roturas se tratan de manera quirúrgica, hay determinados casos en los que se opta por un tratamiento conservador, es decir, ortopédico. Los casos serian los siguientes:
- Pacientes de edad avanzada con vida sedentaria o contraindicaciones médicas para someterse a una cirugía.
- Roturas parciales
- Roturas que se producen en la unión entre el tendón y el músculo
En estos pacientes el tratamiento se basa en medicación para el dolor, reposo con cabestrillo, hielo y una vez pasado el momento de mayor dolor comenzar con tratamiento fisioterápico.
En ocasiones, sobre todo en los casos de roturas completas tratadas de manera conservadora, se suele observar una disminución de la fuerza de flexión y supinación que, sin embargo, no suele ser limitante en el día a día.
En el resto de casos, sobre todo pacientes jóvenes y activos o aquellos profesionales que dependan del movimiento del brazo para desempeñar su actividad, se optará por un tratamiento quirúrgico.
La técnica podrá variar de un médico a otro, pero su finalidad siempre es la misma: anclar el tendón del bíceps a lugar en el hueso. Los avances que se están llevando a cabo permiten que cada vez la cirugía sea menos agresiva.
En el caso de que la rotura sea crónica (es decir, que lleve mucho tiempo) suele ser complicado realizar una cirugía como la anterior, ya que el tendón se suele encontrar retraído, por lo que suele ser necesario utilizar algún tipo de injerto.